sábado, 22 de noviembre de 2014

DOS JOYAS INJUSTAMENTE IGNORADAS


Algo importante sucede con dos telenovelas al aire: las dos brasileñas de Azteca que, a pesar de su bajo rating, servirían como cátedra para productores y escritores mexicanos.

Telenovelas que saliéndose de los formatos clásicos se distinguen, aparte de la acción, por el elemento SORPRESA, SITUACIONES INESPERADAS y no las trilladas y previsibles tramas.

Rastros de Mentiras, en pleno clímax: la pareja protagónica, Paloma y Bruno, se convierten en contrincantes (tipo Kramer contra Kramer) por la custodia de Paulita.

La Guerrera: donde a diario disfrutamos de capítulos de alta tensión. Con los intentos de escapatoria por parte de Morena, la protagonista, y su amiga, Jéssica, atrapadas en una red de prostitución o trata de personas.

Dos obras de arte que a pesar de su calidad dramática y de producción, están pasando casi sin pena ni gloria, la nula promoción y sus respectivos horarios. Dos telenovelas que, comparadas con las que se hacen actualmente en México, resultan muy superiores y nos muestran la evolución del género.
Lo grave y triste: en todos los países donde se han exhibido, han resultado verdaderos fenómenos, alcanzando altos niveles, menos en México. Por ejemplo, La Guerrera, en Brasil y Argentina, ha llegado a los 38 puntos de rating.


Un consejo a Azteca: si el final de Avenida Brasil, en sábado, obtuvo el segundo lugar de rating en todas las televisoras, incluyendo Televisa, ¿por qué no programar un maratón de Rastros de Mentiras en sábado y de La Guerrera en domingo? Días en los que, por lo general, en la televisión abierta como en la de paga, no hay nada qué ver o puras repeticiones.

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