domingo, 11 de febrero de 2018

CUADRO DE HONOR / CAER EN TENTACIÓN

POR ‘CAER EN TENTACIÓN’

Desde la primera escena hasta la última, mantuvo el sello novedoso, innovador y arriesgado. El esfuerzo evidente por mostrar una telenovela diferente, con la premisa de crear una atmósfera especial que atrapara al televidente y, en forma mágica, no sólo lo involucrara con los personajes y situaciones; también, que lo hiciera partícipe de lo que estaba presenciando en pantalla como un personaje más, como si sus opiniones, deducciones y hasta preferencias, empatía o rechazo a los diferentes personajes, fueran definitivas para el desarrollo y resultado de la trama. Esa trama tan bien planteada y enganchadora, gracias al talento y esmero de un equipo (desde la productora, los escritores de la versión original y adaptadores de la versión mexicana, directores, actores, iluminadores, camarógrafos, editores, ambientadores… todos y cada uno en su labor) para que la tensión y suspenso generados no decayeran en una sola de las escenas, en uno solo de los capítulos. Sí, mantener esa atmósfera especial que como otra característica, hizo que los personajes traspasaran la pantalla, convirtiéndolos en seres de carne y hueso, de gran realismo, con sus virtudes y efectos, carencias, vulnerabilidades, errores y aciertos, logrando que amáramos a unos, que los adoptáramos como entrañables y parte de nuestra vida  cotidiana. O, en cambio, desaprobar y hasta odiar a otros. Repito, como en la vida real.
    Todo esto, como uno de tantos aciertos, dando por resultado una historia impredecible que constantemente nos sorprendió y envolvió cada vez más, siempre más, evitando en todo momento la paja o personajes inútiles que durante años y décadas, caracterizaron a las telenovelas mexicanas. Aquí, cada uno de los integrantes del elenco (principales, secundarios y hasta eventuales) tuvieron una razón de ser y contribuyeron con su granito de arena. Todos y cada uno, tuvieron su importancia y ninguno pasó desapercibido. Todos dejaron una huella imborrable. Esto, aunado a tan brillantes actuaciones, logró la gran hazaña: que Caer en Tentación se convirtiera desde su primer capítulo en un producto de óptima calidad (lo cual no es sencillo) y que en ningún momento decayera. Mantuvo su ritmo, el concepto y estilo que la caracterizó desde el principio. Y esto, a pesar de la mezcla de pasado y presente que a algunos confundió al principio y en algunas partes, pero que, finalmente, si nos damos cuenta, sirvió como complemento para engrandecerla, manteniendo esa tensión y suspenso que siempre la distinguió, logrando su cometido: un producto de primer mundo que marca un antes y después en la historia de la telenovela mexicana, haciendo que, de paso, muchos de sus actores se toparan con su gran oportunidad, la oportunidad de lucirse y demostrar con creces todo su talento y cualidades histriónicas, como, quizás, antes no se les había permitido.
     Un suceso, sí. Y no exageramos (aunque muchos no estén de acuerdo), comparado con lo que hace 30 años (en 1986−87) sucedió con Cuna de Lobos y que desde entonces, no se había repetido, no de esta manera como sucedió con Caer en Tentación, hasta su tan esperado (y aquí sí) Gran Final, cumpliendo hasta el último momento, hasta el último segundo, con tan sorpresivo desenlace, sin dejar ningún cabo suelto.
     Así, que este humilde reconocimiento, sirva para dejar testimonio de lo que sucedió en 2017 y el naciente 2018, agradeciendo a todo el equipo que se hayan atrevido a lo que otros (desde productores, escritores, directores y demás) no se han atrevido. O más bien, no tuvieron el interés y, menos la visión, valentía y capacidad para lograr una producción tan espléndida e impecable.

     Reconocimiento en el que es justo reconocer a la productora Giselle González como cabeza y artífice, apoyada por los adaptadores, directores y actores de gran valía, empezando por sus cuatro protagonistas: Silvia Navarro (¡como nunca!) Gabriel Soto, Adriana Louvier y Carlos Ferro, igual que el resto de los actores nuevos y consagrados. Todos y cada uno. Un elenco perfecto que, por si fuera poco, convierte a Caer en Tentación en una verdadera joya de la televisión contemporánea. Una joya que vamos a extrañar y que muy difícilmente (sin pretender se pesimistas) creo que se repita en muchos años. Un ejemplo a seguir que enaltece a Televisa y a la televisión mexicana a nivel internacional. Un ejemplo de que claro que se puede, cuando se conjuntan los elementos primordiales y, sobre todo, el esfuerzo y amor a una profesión, en bien del progreso y evolución del género, durante tantos años estancado. Adiós Caer en Tentación y, gracias, de corazón, por tan notable suceso.