domingo, 15 de noviembre de 2020

CUADRO DE HONOR / VENCER EL DESAMOR

 

SÍ SE PUEDE. Y BIEN

En plena crisis telenovelera, por culpa, en gran parte, de los refritos mal hechos y adaptados, la falta de creatividad y ese afán de irse por lo facilito, telenovelas van y telenovelas vienen, pero pocas trascienden y se quedan en la memoria del televidente. Vencer el Desamor, por ejemplo. No por simple gusto personal. Más bien, porque analizando un poco, cuenta con los elementos básicos y primordiales para lograr el éxito que ha conseguido, gracias, primero, a la bien desarrollada historia. Original, por cierto, para demostrar que sí se puede.
Creación de Pedro Armando Rodríguez y Claudia Velazco, al frente de un brillante grupo de escritores, se demuestra una vez más que la verdadera estrella de una telenovela es la historia. Su manera de contarla, de desarrollarla, con libretos y diálogos precisos, personajes reales, bien estructurados y sustentados, subtramas entrelazadas y no aisladas o desperdigadas, como sucede en otras telenovelas.
Aquí sí se nota a primera vista el trabajo de los escritores, el amor con que fueron tejiendo la trama, bordándola con esmero y no al aventón, como es tan común. Aquí no hay ocurrencias sacadas de la manga. Mucho menos paja ni rellenos. Aquí hay pulcritud y claridad.
Y si a esta espléndida labor literaria, agregamos la muy acertada dirección escénica de Benjamín Cann y Fernando Nesme, el resultado es lo que estamos viendo: a mi juicio muy personal, la mejor telenovela mexicana de los últimos años. Y no creo exagerar.
Dejo para el final la cereza del pastel. Más bien, otro elemento básico e imprescindible: el elenco perfecto, acertado, sin ningún pero. Personajes con su propia identidad, personalidad e historia. Un elenco redondo, con cuatro protagonistas que cumplen a la perfección su cometido: Claudia Álvarez, Julia Urbini, Valentina Buzzurro y, por supuesto, doña Daniela Romo, primerísima actriz desde hace mucho, con su ya acostumbrada característica de transformarse (dentro y fuera de los sets, durante el tiempo que duran las grabaciones) en el personaje que interpreta (en este caso Bárbara), poniéndole de su cosecha, para darle el realismo que requiere, con toda su gama de matices y colores. Un personaje tan hermoso y rico que, a mi muy personal juicio, creo que es el mejor y más completo que ha hecho en su carrera telenovelera.
Y no sólo se trata de los elementos precisos y bien trabajados, sino de la labor titánica de conjuntarlos, para lograr la mezcla perfecta y que cada escena o capítulo, valga la pena y nos deje algo en el corazón.
¿Hace cuánto no se daba algo así en el mundo de las telenovelas? Aquí, el ejemplo perfecto de que sí se puede, con talento, tesón y amor a la profesión. Gracias, Rosy Ocampo por tan atinada y muy buena elección en todos y cada uno de los elementos de Vencer el Desamor.