LA JUVENTUD SE IMPONE
Uno de tantos atractivos de la telenovela Caer
en Tentación es su elenco, a partir de un meticuloso casting (se nota),
para seleccionar a cada uno de los actores que dan vida a personajes que
parecen arrancados de la vida real, lo cual significa un doble reto para sus
intérpretes, especialmente para los jóvenes que más que “caras nuevas”, como
algunos suponen, son muchachos que ya llevan un breve o considerable camino
recorrido en teleseries, teatro y hasta cine en algunos casos. Lo más
importante: cada uno cuenta con estudios, bases y evidente amor y entrega a la
profesión actoral. Factores que aunados a su talento evidente (como lo han
demostrado) y, claro, a los bien delineados personajes que interpretan, sin
olvidar la atinada dirección de Eric
Morales y Juan Pablo Blanco,
como gran guía y apoyo, dan por resultado lo que estamos viendo en pantalla:
figuras primordiales en el desarrollo de la trama, cada uno con sus propias y
peculiares características, su bien planteada y sustentada psicología.
Ninguno
está de más y al igual que el resto del elenco, todos merecerían un humilde
reconocimiento como este Cuadro de Honor,
pero por falta de espacio y porque la lista sería interminable, en esta ocasión
me refiero concretamente al cuarteto que interpreta a los hijos de las dos
pareja protagónicas, comenzando por Ela
Velden, la conflictiva Mía, hija
de Raquel (Silvia Navarro) y Damián
(Gabriel Soto), quizás, como la más
controvertida, criticada y a veces odiada de este grupo de jóvenes actores, lo
cual nos habla de que la muchacha, además de contar con los apoyos ya
mencionados, se ha entregado de lleno a su personaje, apropiándose de él en
forma por demás hábil y profesional.
Por
el estilo, aunque con una personalidad opuesta, su hermano Federico, a cargo de Germán
Bracco, otra gran sorpresa. Antes desconocido para muchos, a pesar de haber
participado en varias series, en Caer en Tentación da el gran paso en
su carrera como el “debilucho” y desorientado Fede que, de pronto, saca la
casta, crece y logra una transición paso a paso y bien sustentada, convirtiéndose
en un hombre con agallas. Transición de la que nosotros como televidentes,
hemos sido testigos en todo su proceso.
Y
luego, los hijos de Santiago (Carlos Ferro) y Carolina (Adriana Louvier),
comenzando con Nicolás, al que da vida José
Manuel Rincón, otro joven actor con gran presencia y egresado del CEA de
Televisa, que se ha forjado una aún breve trayectoria con participaciones en
unitarios como La Rosa de Guadalupe
y Como Dice el Dicho. O sea, que no
salió de la nada y se ha ganado a pulso su gran oportunidad en Caer en Tentación, como otra gran
revelación y su pase automático (seguro) a un próximo protagónico, como uno de
esos actores que tanta falta hacen en las telenovelas: talento, carisma y
personalidad.
Y
cerramos este cuarteto juvenil con Julia
Urbini, también con una considerable trayectoria en teleseries, desde que
era una niña, como una de esas actrices que nacieron para la actuación y que a
pesar de su juventud, resulta más que convincente y creíble como la Lola a la que ahora le toca dar vida en
su justa medida, con todos sus matices, debilidades y conflictos. Algo que,
como en el caso de Ela Velden, Germán Dracco y José Manuel Rincón, no
cualquiera (incluso actores de más edad y experiencia) son capaces de proyectar
en un solo personaje.
Un
cuarteto perfecto, cada uno con sus propias y diferentes características, como
otro logro y buena visión, una vez más, de la productora Giselle González al armar tan espléndido elenco (junto con el
experimentado director de casting, Rodrigo
Ruíz) y dar la oportunidad a gente joven en esta gran producción que,
más que significar la gran oportunidad que seguramente se han ganado a pulso,
se hacen acreedores a un aliciente y envidiable empujón que tantos y tantos de
su edad anhelan en su carrera y que los cuatro han sabido aprovechar y con creces.
De aquí, rumbo no precisamente al estrellato oropelesco y engañoso, sino más
bien, al prestigio como cuatro actores serios con gran futuro y, sobre todo,
sin ínfulas de estrellitas, como tantos que sin haber logrado ni la mitad del
éxito del que gozan ellos actualmente, se sienten bordados a mano. Ela, Germán,
José Manuel y Julia. Por algo están ahí.