miércoles, 25 de marzo de 2020

TACHE Y PALOMITA


REFRITOS DESCARADOS
Dicen que no “hay nada nuevo bajo el sol”. Frase a la que por DESGRACIA, muchos productores de televisión (respaldados por los altos ejecutivos), recurren como pretexto, para no arriesgarse en la creación de nuevos formatos, recurriendo (desde hace años y hasta la fecha) a lo que ellos llaman “fórmulas comprobadas”. En otras palabras: copias, refritos o los tan de moda remakes. De ahí que no puede darse −tal como lo hemos visto− el crecimiento y la evolución, dando por resultado lo que sucede, por ejemplo, en la empresa Televisa: el estancamiento, para colmo, respaldado por el apoyo del público televidente al que no le queda más remedio que consumir lo de siempre, a falta de nuevas opciones.
Caso concreto y actual: la telenovela Como Tú no Hay Dos, quinta versión de la telenovela chilena Amores de Mercado (de 2001) que más tarde, en 2003, con el título de Amor Descarado, Telemundo también produjo. Y no conforme, la misma televisora, tres años después, en 2006, realizó una nueva versión, retomando el título original: otra vez Amores de Mercado. Pero la cosa (o más bien, la falta de ingenio) no para ahí. Por tercera ocasión, en 2015, una vez más, Telemundo insistió con la misma historia a la que, al menos, le cambió el nombre: ¿Quién es Quién? Hasta llegar, en pleno 2020, a Como Tú no Hay Dos, producción de Lemon Films y W Estudios, para Televisa.
Una historia que en su versión original (la chilena) rompió récords de audiencia en su país, haciéndose merecedora a los refritos antes mencionados, aunque ninguno de ellos alcanzó el nivel de suceso que logró la original.
Lo de siempre: en las posteriores versiones, los adaptadores (como suele suceder), se dieron vuelo, con añadidos y cambios en la trama y los personajes, hasta llegar a lo que estamos viendo actualmente en Las Estrellas, con un primer desacierto: el comediante Adrián Uribe (encasillado y ubicado por el público con su personaje del Vitor, tan saturado y visto en otros programas) como galán protagonista, eso sí, rodeado de un espléndido elenco, el único elemento que, quizás, destaca y podría superar a las versiones anteriores, incluyendo el original chileno.

LA OTRA CARA DE LA  MONEDA
Caso contrario lo que hemos visto (en el mismo horario, pero en Canal 5) con el novedoso programa DL y Compañía, un concepto novedoso, fresco y original, cuyo principal acierto, para empezar es contar con la actriz y comediante Mara Escalante como protagonista y conductora en su célebre personaje de Doña Lucha, con un concepto que se nota diferente, estudiado y bien elaborado, desde el primer episodio, con una variedad de elementos que redondean cada transmisión, con la gran idea de mezclar comediantes ya conocidos y nuevos, con actores y actrices que incursionan por primera vez en el género de la comedia.
Más que una nueva opción, DL y Compañía, bajo la producción de Eduardo Suárez, es un ejemplo a seguir, en medio de la crisis creativa por la que atraviesa Televisa, desde hace años. Un ejemplo de esfuerzo y originalidad que se dispara de lo que hemos visto y seguimos viendo en la televisión mexicana.
El primer punto a favor, como garantía y gancho: aprovechar en todo su potencial el talento de Mara Escalante, explotando una vez más las infinitas posibilidades de su personaje de Doña Lucha, con toda su gracia, chispa y peculiar personalidad, como una muestra más de su versatilidad y dominio de la pantalla, del público televidente que la sigue desde hace años, sin que su popular personaje se note gastado o pasado de moda.
Esa Doña Lucha tan bien posicionada como personaje que, al contrario de otros, ha ido evolucionando y creciendo con el paso de los años, desde que surgió a la fama para, de inmediato, ganarse a un muy nutrido y fiel público.
En resumen, toda una sorpresa. Quizás la más agradable en lo que va del año, precisamente en una época de la terrible crisis a nivel social y mundial, que, de entrada, nos sirve para olvidarnos durante dos horas, de las tragedias de las que nos enteramos a diario. Por si fuera poco, DL y Compañía, cumple con una función extra, además del entretenimiento y diversión: hacernos más leve y esperanzador el momento que se vive en México y otros países.

Doña Lucha se arriesga, con algo nuevo y diferente. Y el riesgo, bien ha valido la pena.