POR ‘CAER EN
TENTACIÓN’
Desde la primera escena hasta la última, mantuvo el
sello novedoso, innovador y arriesgado. El esfuerzo evidente por mostrar una
telenovela diferente, con la premisa de crear una atmósfera especial que
atrapara al televidente y, en forma mágica, no sólo lo involucrara con los
personajes y situaciones; también, que lo hiciera partícipe de lo que estaba
presenciando en pantalla como un personaje más, como si sus opiniones,
deducciones y hasta preferencias, empatía o rechazo a los diferentes
personajes, fueran definitivas para el desarrollo y resultado de la trama. Esa
trama tan bien planteada y enganchadora, gracias al talento y esmero de un
equipo (desde la productora, los escritores de la versión original y
adaptadores de la versión mexicana, directores, actores, iluminadores,
camarógrafos, editores, ambientadores… todos y cada uno en su labor) para que
la tensión y suspenso generados no decayeran en una sola de las escenas, en uno
solo de los capítulos. Sí, mantener esa atmósfera especial que como otra
característica, hizo que los personajes traspasaran la pantalla,
convirtiéndolos en seres de carne y hueso, de gran realismo, con sus virtudes y
efectos, carencias, vulnerabilidades, errores y aciertos, logrando que amáramos
a unos, que los adoptáramos como entrañables y parte de nuestra vida cotidiana. O, en cambio, desaprobar y hasta
odiar a otros. Repito, como en la vida real.
Todo
esto, como uno de tantos aciertos, dando por resultado una historia impredecible
que constantemente nos sorprendió y envolvió cada vez más, siempre más, evitando
en todo momento la paja o personajes inútiles que durante años y décadas,
caracterizaron a las telenovelas mexicanas. Aquí, cada uno de los integrantes
del elenco (principales, secundarios y hasta eventuales) tuvieron una razón de
ser y contribuyeron con su granito de arena. Todos y cada uno, tuvieron su
importancia y ninguno pasó desapercibido. Todos dejaron una huella imborrable.
Esto, aunado a tan brillantes actuaciones, logró la gran hazaña: que Caer
en Tentación se convirtiera desde su primer capítulo en un producto de
óptima calidad (lo cual no es sencillo) y que en ningún momento decayera. Mantuvo
su ritmo, el concepto y estilo que la caracterizó desde el principio. Y esto, a
pesar de la mezcla de pasado y presente que a algunos confundió al principio y
en algunas partes, pero que, finalmente, si nos damos cuenta, sirvió como
complemento para engrandecerla, manteniendo esa tensión y suspenso que siempre
la distinguió, logrando su cometido: un producto de primer mundo que marca un
antes y después en la historia de la telenovela mexicana, haciendo que, de
paso, muchos de sus actores se toparan con su gran oportunidad, la oportunidad
de lucirse y demostrar con creces todo su talento y cualidades histriónicas,
como, quizás, antes no se les había permitido.
Un
suceso, sí. Y no exageramos (aunque muchos no estén de acuerdo), comparado con
lo que hace 30 años (en 1986−87) sucedió con Cuna de Lobos y que desde
entonces, no se había repetido, no de esta manera como sucedió con Caer
en Tentación, hasta su tan esperado (y aquí sí) Gran Final, cumpliendo
hasta el último momento, hasta el último segundo, con tan sorpresivo desenlace,
sin dejar ningún cabo suelto.
Así,
que este humilde reconocimiento, sirva para dejar testimonio de lo que sucedió
en 2017 y el naciente 2018, agradeciendo a todo el equipo que se hayan atrevido
a lo que otros (desde productores, escritores, directores y demás) no se han
atrevido. O más bien, no tuvieron el interés y, menos la visión, valentía y
capacidad para lograr una producción tan espléndida e impecable.
Reconocimiento
en el que es justo reconocer a la productora Giselle González como cabeza y artífice, apoyada por los
adaptadores, directores y actores de gran valía, empezando por sus cuatro
protagonistas: Silvia Navarro (¡como
nunca!) Gabriel Soto, Adriana Louvier y Carlos Ferro, igual que el resto de los actores nuevos y
consagrados. Todos y cada uno. Un elenco perfecto que, por si fuera poco,
convierte a Caer en Tentación en una verdadera joya de la televisión
contemporánea. Una joya que vamos a extrañar y que muy difícilmente (sin
pretender se pesimistas) creo que se repita en muchos años. Un ejemplo a seguir
que enaltece a Televisa y a la televisión mexicana a nivel internacional. Un
ejemplo de que claro que se puede, cuando se conjuntan los elementos
primordiales y, sobre todo, el esfuerzo y amor a una profesión, en bien del
progreso y evolución del género, durante tantos años estancado. Adiós Caer
en Tentación y, gracias, de corazón, por tan notable suceso.