REFRITOS DESCARADOS
Dicen que no “hay nada nuevo bajo el sol”. Frase a la
que por DESGRACIA, muchos productores de televisión (respaldados por los altos
ejecutivos), recurren como pretexto, para no arriesgarse en la creación de
nuevos formatos, recurriendo (desde hace años y hasta la fecha) a lo que ellos
llaman “fórmulas comprobadas”. En otras palabras: copias, refritos o los tan de
moda remakes. De ahí que no puede darse −tal como lo hemos visto− el
crecimiento y la evolución, dando por resultado lo que sucede, por ejemplo, en
la empresa Televisa: el estancamiento, para colmo, respaldado por el apoyo del
público televidente al que no le queda más remedio que consumir lo de siempre,
a falta de nuevas opciones.
Caso concreto y actual: la telenovela Como Tú no Hay Dos, quinta versión de
la telenovela chilena Amores de Mercado
(de 2001) que más tarde, en 2003, con el título de Amor Descarado, Telemundo también produjo. Y no conforme, la misma
televisora, tres años después, en 2006, realizó una nueva versión, retomando el
título original: otra vez Amores de
Mercado. Pero la cosa (o más bien, la falta de ingenio) no para ahí. Por
tercera ocasión, en 2015, una vez más, Telemundo insistió con la misma historia
a la que, al menos, le cambió el nombre: ¿Quién
es Quién? Hasta llegar, en pleno 2020, a Como Tú no Hay Dos, producción de Lemon Films y W Estudios, para
Televisa.
Una historia que en su versión original (la chilena)
rompió récords de audiencia en su país, haciéndose merecedora a los refritos
antes mencionados, aunque ninguno de ellos alcanzó el nivel de suceso que logró
la original.
Lo de siempre: en las posteriores versiones, los
adaptadores (como suele suceder), se dieron vuelo, con añadidos y cambios en la
trama y los personajes, hasta llegar a lo que estamos viendo actualmente en Las
Estrellas, con un primer desacierto: el comediante Adrián Uribe (encasillado y ubicado por el público con su personaje
del Vitor, tan saturado y visto en otros programas) como galán protagonista,
eso sí, rodeado de un espléndido elenco, el único elemento que, quizás, destaca
y podría superar a las versiones anteriores, incluyendo el original chileno.
LA OTRA CARA DE
LA MONEDA
Caso contrario lo que hemos visto (en el mismo
horario, pero en Canal 5) con el novedoso programa DL y Compañía, un concepto novedoso, fresco y original, cuyo
principal acierto, para empezar es contar con la actriz y comediante Mara Escalante como protagonista y
conductora en su célebre personaje de Doña
Lucha, con un concepto que se nota diferente, estudiado y bien elaborado, desde
el primer episodio, con una variedad de elementos que redondean cada
transmisión, con la gran idea de mezclar comediantes ya conocidos y nuevos, con
actores y actrices que incursionan por primera vez en el género de la comedia.
Más que una nueva opción, DL y Compañía, bajo la producción de Eduardo Suárez, es un ejemplo a seguir, en medio de la crisis
creativa por la que atraviesa Televisa, desde hace años. Un ejemplo de esfuerzo
y originalidad que se dispara de lo que hemos visto y seguimos viendo en la
televisión mexicana.
El primer punto a favor, como garantía y gancho:
aprovechar en todo su potencial el talento de Mara Escalante, explotando una vez más las infinitas posibilidades
de su personaje de Doña Lucha, con
toda su gracia, chispa y peculiar personalidad, como una muestra más de su
versatilidad y dominio de la pantalla, del público televidente que la sigue
desde hace años, sin que su popular personaje se note gastado o pasado de moda.
Esa Doña Lucha
tan bien posicionada como personaje que, al contrario de otros, ha ido
evolucionando y creciendo con el paso de los años, desde que surgió a la fama
para, de inmediato, ganarse a un muy nutrido y fiel público.
En resumen, toda una sorpresa. Quizás la más
agradable en lo que va del año, precisamente en una época de la terrible crisis
a nivel social y mundial, que, de entrada, nos sirve para olvidarnos durante
dos horas, de las tragedias de las que nos enteramos a diario. Por si fuera
poco, DL y Compañía, cumple con una
función extra, además del entretenimiento y diversión: hacernos más leve y
esperanzador el momento que se vive en México y otros países.
Doña Lucha se arriesga, con algo nuevo y diferente. Y
el riesgo, bien ha valido la pena.