EL REGRESO DE FATMAGÜL,
CUATRO AÑOS DESPUÉS
En 2015 (hace ya cuatro años) ¿Qué Culpa Tiene Fatmagül? se estrenó en México, como la primera telenovela turca, transmitida en nuestro país, gracias al buen tino de Azteca 13, para transmitirla en su horario estelar, aunque como un simple producto emergente, cuando por primera vez decidieron no producir más telenovelas propias, luego de tantos fracasos continuos, durante años.
Y a pesar de que Fatmagül, en ese entonces, ya había sido un suceso en otros países, Azteca, al no saber la joya que tenía en su programación, no le dio el valor ni la promoción que merecía. Si llegó a sobresalir (aunque no con los índices de audiencia que había logrado en otros lugares, como gran suceso), fue por su propia cuenta, por el alto nivel de producción, la historia misma y las excelentes actuaciones.
Cuatro años después, Azteca vuelve a transmitirla (nuevamente sin ninguna promoción) en un canal de reciente aparición y poca cobertura. Y aún así, Fatmagül vuelve a imponerse.
No es precisamente una telenovela, sino una serie en
dos temporadas (80 capítulos en total), vendida a más de 100 países de varios continentes, incluyendo Persia, Afganistán, Kosovo, Serbia, Grecia, Macedonia, Etiopía y Pakistán. Y como lo suponíamos,
“el efecto Fatmagül” vuelve a sentirse en su repetición: ganando
cada vez más adeptos: televidentes, cansados de tantos refritos e historias
previsibles y llenas de paja. Porque ¿Qué Culpa Tiene Fatmagül?, para
empezar, es una super producción impecable y cuidada en todos
y cada uno de sus detalles. Algo que se nota desde el primer capítulo. Y,
además, narra una gran historia de amor diferente, emotiva y alejada de los
trillados clichés, con tintes de suspenso, mucha acción, excelente fotografía,
música y, en especial, un elenco reducido de grandes actores, sin rellenos ni
paja.
Y lo más importante,
porque más que una verdadera joya, es una obra de arte del género. Una serie
que engancha desde el principio y que se vuelve adicción. Personajes reales, de
carne y hueso, sin arquetipos ni clichés, empezando por los protagonistas: una
bellísima Beren Saat, actualmente,
la actriz mejor cotizada en Turquía. Y, claro, su galán, el buen Kerim (este
sí, un verdadero héroe) interpretado por el carismático Engin Akyürek, uno de los actores turcos más importantes y solicitados en los últimos años.
Una muestra de que,
aparte de calidad, cuando se cuenta con los recursos indispensables y, sobre
todo, con talento, se puede crear un producto óptimo que sirve como ejemplo
para televisoras de todo el mundo. Sin
duda, la mejor serie (o telenovela) al aire, que, aunque medio escondida, merece una ovación de pie y de
varios minutos, precisamente por culpa de Fatmagül.