Hay personajes que marcan
a una actrizy
acentúan el prestigio que
se ha ganado a lo largo
de una trayectoria.Personajes
que trascienden
y se vuelven inmortales.
Sin duda,
estamos frente a una de las actrices más sorprendentes y completas (en cine,
teatro y televisión) con una trayectoria bastante considerable y, sobre todo,
tablas. Por si fuera poco, con una personalidad arrolladora que impone, tanto
en la pantalla como en otros escenarios. De ese tipo de actrices que uno
siempre recuerda, por actuaciones tan memorables e intensas, sea cual sea el
personaje que le toque interpretar. Ella siempre se encarga de imponerle su
propio sello, desdoblándose, transformándose, siempre a favor de cada uno de
sus papeles.
Claro que
desde hace años, sabemos de su desbordante talento, pero ahora, con la
repetición de la telenovela Yo
No Creo en Los Hombres, interpretando a la impresionante Josefa,
nos hizo recordar al que seguramente es uno de sus más memorables personajes,
logrando lo que muy pocas actrices consiguen. Cuando llegan a cierto nivel de
perfección actoral, uno piensa que ya no pueden alcanzar un peldaño más alto,
porque ya llegaron a la cima.
Esa es otra
de las virtudes de Azela
Robinson, la GRAN AZELA
ROBINSON, así, con mayúsculas, primerísima actriz desde hace varios años,
con esa capacidad tan sorprendente para que con cada uno de sus gestos,
movimientos, diálogos y hasta miradas, sea capaz de expresar lo que le dé la
gana, siempre apropiándose de cada personaje, robándoselo, sin importar que sus
escenas sean breves o largas. La Robinson siempre es la Robinson.
Y lo mejor –como lo consiguió en Yo
No Creo en Los Hombres– transitar por diversos matices histriónicos:
hacerse odiar por su crueldad y, luego, en ocasiones, ser digna de compasión y
hasta ganarse el cariño del televidente, como una mujer tan fuera de serie que
a veces, hasta resulta ocurrente y simpática, atrapada en su propio cinismo, en
esa amargura tan digna de lástima. Una Josefa que pasó a la historia del
melodrama, como una de las villanas más célebres y recordadas, digna de todo
respeto y admiración. Más que un personaje, la actriz, el ser humano
espléndido, tan opuesto en la vida real a esa Josefa, su gran creación.
Como Josefa,
se ganó, además, el premio del respeto unánime del público, como uno de los
pilares de una telenovela tan bien lograda y, sobre todo, diferente. Azela Robinson, señorona de la
actuación. Nos quitamos el sombrero ante Su Majestad.
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