Lo
malo es que en la mayoría de los casos,
esas
hijas pobretonas, ignoran que tienen
un
padre millonario que, desde años atrás,
las
busca por mar y tierra, hasta
que
el destino se encarga de reunirlos.
Pues sí, otra anécdota recurrente en el mundo de las
telenovelas, desde sus inicios, y que, al parecer, permanece vigente, aunque
igual de aburrida. Ya no sólo es el caso de la pobre madre a la que le
arrebatan (o pierde) a su bebé recién nacido. También, la muchacha humilde,
quien ignora (porque la madre supo guardar muy bien el secreto) que cuenta con
un padre ricachón y atormentado, porque no sabe dónde está la chamaca que le
escondieron.
Uno de los casos más recientes y sonados, el de la Maricruz (Ana Brenda Contreras), de Corazón Indomable, la pobre chica que
vive en un inmundo huacal y no sabe que su poderoso y millonario padre, Alejandro (César Évora), lleva años
buscándola. Hasta que el destino los reúne y la muchacha (como siempre) se
vuelve rica de la noche a la mañana, cuando hereda una cuantiosa fortuna que
despilfarra con singular alegría, luego de que, a pesar de ser analfabeta,
rápidamente se convierte en hábil mujer de negocios.
Para colmo, actualmente en casi todas las telenovelas
al aire, se repite la misma situación. Para muestra, un botón: en Siempre Tuya Acapulco, Olvido (Melissa Barrera), hasta de
sirvienta llegó a trabajar en casa de Armando
(Rafael Sánchez Navarro), también muy rico, hasta que el hombre descubre que la
muchacha ¡es su hija! Igualito que en La
Impostora, donde Blanca (Lisette
Morelos), también por casualidad, resulta que es la hija perdida de Adriano Ferrer (Manuel Landeta), por
supuesto, también millonario.
Y por el estilo, el mismo patrón en otras
telenovelas, incluyendo Lo Que la Vida
me Robó, donde, no conformes con que Alejandro
(Sebastián Rulli), sorpresivamente se vuelva rico, cuando se descubre que es el
hijo bastardo de Benjamín Almonte
(Alfredo Adame), luego, entre uno de tantos rellenos para alargar la historia,
se les ocurre que la malvada de Graciela
(Daniela Castro), también tenga su propia hija perdida: Fabiola (Lisset), igual de ambiciosa y nefasta que la madre. Hasta
en Quiero Amarte, se sacaron de la manga
que el joven Iván (Andrés Mercado),
resulta que es hijo abandonado de Rebeca
(Tina Romero), aunque todavía no sabemos si la mujer tiene lana, como sería el
caso del fanfarrón de Alejo (Mark
Tacher), quien en Qué Pobres Tan Ricos,
tuvo la suerte de no esperar tantos años, para descubrir que también ¡tiene un
hijo pobre!, el pequeño Emiliano
(Yael Fernández).
Y para rematar, en Por Siempre mi Amor, otra muchacha pobre y de la calle, Marianela (Tania Lizardo), aún no sabe
que es hija de Sonia (Dominika
Paleta), una rica venida a menos, pero con un papá rico, Gilberto (David Ostrosky), tan millonario como los demás.
Y seguirá la mata dando, gracias al “ingenio” y
creatividad de escritores y adaptadores.
En Siempre Tuya Acapulco, Armando la mete a su casa de sirvienta ya sabiendo que es su hija.
ResponderEliminarGracias por la observación.
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