Es otra que estudió en el CEFAC (Centro de Formación
Actoral) de Azteca y, al igual que antes sucedió con Bárbara Mori y Silvia
Navarro, después de trabajar en telenovelas intrascendentes y con papeles,
por lo general secundarios, se pasó a Televisa. O sea, Azteca las forma y
Televisa las aprovecha.
Y de entrada, le dieron un
antagónico en Corona de Lágrimas,
para, luego, seguir con otro antagónico (pero de menor relevancia) en Quiero Amarte, una telenovela equis,
igual que su personaje, supuestamente antagónico, de Constanza… Y de repente,
cuando parecía que la iban a encasillar con antagónicos, dio la gran sorpresa
como María Dolores, protagonista de Yo No Creo en los Hombres.
Adriana Louvier por fin es aprovechada con todo su potencial,
comenzando porque su rostro y presencia en pantalla son los de la clásica
heroína melodramática. Buena actriz y llora bien bonito. Se lo merece, porque
además, también cuenta ya con una trayectoria en cine (la más reciente, Más Negro que la Noche) y con dos obras
de teatro, además de series.
Lo más importante, además de su frescura, es su
sencillez y la ubicación que le ha otorgado el haber empezado desde abajo, con
papeles pequeños. Y por si fuera poco, es de ésas que hasta te agradecen un
comentario en twitter, no tanto a mí que me dedico a esto, sino a la mayoría de
los fans y personas que le reconocen su trabajo. Y por si fuera poco, bonita.
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