Porque desde que surgió de RBD, Maite Perroni ha destacado como una de las actrices jóvenes más completas y, lo más importante,
respetadas y queridas.
Ahora, en
Antes Muerta que Lichita (insistimos, inspirada en Yo Soy Betty la Fea,
aunque muchos lo nieguen y se enojen) su mérito es doble. Primero, por encabezar
muy dignamente todo un elenco (apoyada por varios actores de primerísimo
nivel), como una protagonista capaz de inspirar una gran ternura y lograr que
el televidente se identifique con ella. Luego, porque aceptó aparecer como una
supuesta “fea” (o poco agraciada) que, más bien, a pesar del departamento de
imagen de Televisa que, por más que pretendió ridiculizarla con vestuario
anticuado, tremendo pelucón, cejas abundantes y sin gota de maquillaje, su
belleza natural salta a la vista y, sobre todo, ese talento que a Maite le ha
servido para, más que lograr un personaje caricaturesco, Lichita resulte
creíble y, sobre todo, humana, ganándose el cariño del televidente.
Lo bueno es que ya
casi la van a sofisticar, para dar el gran cambio y, lo mejor, para que por fin
cumpla la tan anunciada venganza y ponga en su lugar a todos aquellos que la
han menospreciado, burlándose y abusando de ella.
Y para rematar, este
humilde reconocimiento va también para una artista versátil que con base en
esfuerzo y disciplina, destaca también como cantante, con un brillante futuro
en el mundo de la música. Y lo más importante: reconocer su sencillez como
persona, seguramente, su principal virtud.
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