Ya se lo merecía: luego de una sólida y constante
trayectoria con doce películas, varias obras de teatro, series televisivas y
once telenovelas, por fin, su primer protagónico telenovelero en A Que No Me Dejas, un melodrama que (en
medio de la muy deficiente barra de telenovelas) aunque refrito de Amor en Silencio, se distingue por el
esfuerzo de todo su equipo (comenzando por el productor y sus adaptadoras) con
tal de ofrecer un producto de gran nivel en el que Osvaldo Benavides, siempre cumplidor y pulcro en su desempeño
actoral, se luce como Adrián, galán de la historia y, más que eso, un actor
siempre natural, creíble y profesional.
Así ha sido, desde que,
siendo apenas un niño, debutó en la telenovela El Abuelo y Yo (1992), al lado de otros principiantes en ese
entonces, como Diego Luna y Gael García Bernal que con el paso de
los años lograron una reconocida carrera a nivel internacional.
Recordado hasta la fecha,
como el Nandito, hijo de Thalía en María la del Barrio (1995),
a lo largo de su carrera y con cada uno de sus personajes, es de los muy
contados que ha demostrado una evolución constante que lo distingue, entre los
de su generación, por el empeño y mesura con que ha manejado su carrera,
obteniendo algo mucho más importante que el éxito o la fama: prestigio y
respeto.
Por eso, como un humilde
homenaje, este Cuadro de Honor que le concedimos hace unos días en nuestro
programa de radio, Entre Fans.
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