La bronca es que muchos de los “expertos”
y jurados que toman las decisiones, en su mayoría,
no ven telenovelas y, menos han visto
las que están compitiendo y a las que les otorgan
sus votos.
Hace un año, en vista de
ciertas irregularidades (y sobre todo, inconformidades) no tanto en la elección
de ganadores de los Premios TV y Novelas,
sino, antes, en la conformación de las ternas de los aspirantes a las diferente
categorías (antes, se supone, elegidos por el público, mediante votaciones en internet o envío de cupones por
correo tradicional), se creó un Consejo,
integrado por 100 expertos en la materia, encargados de una votación previa
(vía internet), para seleccionar a sus favoritos y, de esta manera, conformar
las ternas que en realidad no son siempre eso: ternas (o sea, tres aspirantes),
porque en varias categorías los aspirantes son cuatro o hasta cinco. Pero,
bueno, ya a partir de ahí, surgen las inconformidades (por parte del público),
porque, para empezar, en esta ocasión, para la versión 2014 de los Premios, el
actor Fernando Colunga (con tantas
seguidoras), protagonista de Porque el
Amor Manda, no figura en las ternas, en ninguna categoría. O también, que
una actriz del calibre de doña Adriana
Roel, tampoco haya sido tomada en cuenta en el rubro de Mejor Primera Actriz, por su espléndido
trabajo en Mentir Para Vivir, a mi
juicio (porque yo también soy miembro de ese Consejo de 100 expertos), la Mejor Telenovela del 2014 (y de muchos
otros años), que bien merece todos los premios. Por suerte, Mentir Para Vivir (una historia
original) sí figura en la terna de las Mejor
Telenovela, pero, en forma por demás injusta, compitiendo con varios
refritos, algunos, no muy buenos que digamos. Y es que no es lo mismo escribir
una historia original (que no es copia o fusil de otra u otras), que “adaptar”
(o en el peor de los casos, sacarse de la manga los clásicos rellenos) una
historia ya conocida. Mejor, deberían proponer dos ternas diferentes: Mejor Historia Original y Mejor Adaptación.
Otro error garrafal u
“olvido”: haber eliminado la terna a la Revelación
que existió en años anteriores y, por ejemplo, en este 2044, no darles chance
de competir a dos espléndidas actricitas (que actuaron mejor que muchos ya
mayorcitos). Primero, la pequeña María
José Mariscal, en Porque el Amor
Manda y, luego, Ana Paula Martínez
en Mentir Para Vivir. Dos pequeñas
que destacaron por su frescura y naturalidad, aparte de representar personajes
importantes.
Así que las críticas a los
Premios TV y Novelas, como cada año,
ya comenzaron. El problema (me consta) es que la mayoría de los 100 “expertos”,
encargados de integrar las ternas, serán muy expertos, pero no ven telenovelas
(porque no tienen tiempo) y, menos, han visto todas las que compiten. Lo mismo,
en el caso de la mayoría de los jurados que ahora dan la cara y votan
públicamente por sus favoritas en el evento de premiación, dejándose llevar por
su “intuición” (de tin marín de don pingüé), muchas veces, sin saber al menos
de qué se trata cada historia y, por lógica, sin haber visto el trabajo de
actores, productores, directores, etc.
Omisiones e
irregularidades que, una vez más, le restan seriedad y credibilidad al evento.
Aunque, mientras siga dándole rating a la empresa Televisa (contando con los
indispensables anunciantes o patrocinadores, porque esto, como las telenovelas
mismas, es un negocio), es lo de menos, aunque el público televidente no opine
lo mismo y, como de costumbre, haga tremendos corajes.
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