Para Alejandro
Tommasi, porque a pesar de que la historia de Hasta El Fin del Mundo se ve invadida, cada vez, por más paja y
escenas de relleno entre tantos personajes (nuevos y antiguos), el talento y
tablas de este señor, sirvieron para una escena memorable, intensa y dramática,
cuando doña Greta (Olivia Buccio, una de las actrices más versátiles de
México), corre de muy mala manera y hasta humillante y a gritos, al pobre y
fiel mayordomo Fausto, indudablemente, creación del actor.
Porque mientras Greta le
grita como loca y hasta parece que le sale fuego por los ojos, Fausto,
sorprendido y con la mirada nublada, sin creer lo que escucha, asume dignamente
el despido, dándole un toque emotivo a la escena. Y todo por haber alcahueteado
a las hijas de doña Greta (Sofía y Alexa) en sus respectivos romances con los
choferes pobres y de una clase inferior.
A pesar de lo absurdo de la
situación (Greta, en su juventud también tuvo amoríos con Paco, un hombre de
baja condición), la actuación de Alejandro Tommasi engrandece la escena y hasta
sirve para que doña Greta se luzca todavía más en tremendo duelo de
actuaciones.
Alejandro Tommasi, actor de
enorme trayectoria y talento más que comprobado, asume a la perfección su rol
como actor de soporte. Sirve, en efecto, para soportar una telenovela que, como
tantas, se ha convertido en un nuevo circo.
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