Algo importante sucede con dos telenovelas al aire: las dos
brasileñas de Azteca que, a pesar de su bajo rating, servirían como cátedra para productores y escritores
mexicanos.
Telenovelas que saliéndose de los formatos clásicos se distinguen,
aparte de la acción, por el elemento SORPRESA,
SITUACIONES INESPERADAS y no las trilladas y previsibles tramas.
Rastros de Mentiras, en pleno clímax: la pareja protagónica, Paloma y Bruno, se convierten en contrincantes (tipo Kramer contra
Kramer) por la custodia de Paulita.
La Guerrera: donde a diario disfrutamos de capítulos
de alta tensión. Con los intentos de escapatoria por parte de Morena, la protagonista, y su amiga, Jéssica, atrapadas en una red de
prostitución o trata de personas.
Dos obras de arte que a pesar de su calidad dramática y de producción, están pasando
casi sin pena ni gloria, la nula promoción y sus respectivos horarios. Dos telenovelas que, comparadas con
las que se hacen actualmente en México, resultan muy superiores y nos muestran
la evolución del género.
Lo grave y triste: en todos los países donde se han exhibido, han resultado verdaderos fenómenos, alcanzando altos niveles, menos en México. Por ejemplo, La Guerrera, en Brasil y Argentina, ha llegado a los 38 puntos de rating.
Lo grave y triste: en todos los países donde se han exhibido, han resultado verdaderos fenómenos, alcanzando altos niveles, menos en México. Por ejemplo, La Guerrera, en Brasil y Argentina, ha llegado a los 38 puntos de rating.
Un consejo a Azteca: si el
final de Avenida Brasil, en sábado,
obtuvo el segundo lugar de rating en todas las televisoras, incluyendo
Televisa, ¿por qué no programar un maratón de Rastros de Mentiras en sábado y de La Guerrera en domingo? Días en los que, por lo general, en la
televisión abierta como en la de paga, no hay nada qué ver o puras
repeticiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.