Para Flavio
Medina, por su personaje de Daniel en YO
NO CREO EN LOS HOMBRES, por la escena de la semana: cuando violó a María Dolores, la heroína, Adriana Louvier. Una secuencia
impecable y dramática, además, con el buen gusto de sugerir la violación, pero
quedando claro lo tremendo de la situación, gracias a la escritora, Aída Guajardo.
Cuando llegas a odiar a un
personaje es porque está, primero, bien escrito, bien dirigido y, por supuesto,
bien actuado, por un actor, que cuenta con el talento y capacidad para
hacerlo creíble.
Con Flavio Medina, a pesar
de tres malvados seguidos, disfrutas sus actuaciones y por momentos, hasta te resulta
simpático por osado, descarado y hasta siniestro, dominado por la madre, la
tremenda Úrsula.
Lo mejor, su intensidad y
entrega, la forma en que él mismo borda sus personajes y se entrega a ellos con
intensidad, viviéndolos realmente. Sí, llegas a odiarlo, pero al mismo
tiempo respetas su trabajo y disfrutas sus maldades.
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