¿Quién o
quiénes tomaron la decisión
de
transmitir la telenovela más costosa y
exitosa de
todos los tiempos en el
horario
estelar de Azteca 13?
Quien o
quienes sean, ¡le dieron al clavo!
Sin que importe tanto el
rating que pueda conseguir, tomando en cuenta que en el Canal de las Estrellas
transmiten en el mismo horario, una de las mejores telenovelas en su historia, Lo Que la Vida me Robó que, además,
está posicionada desde hace meses, Avenida
Brasil, desde su primer y espléndido capítulo, ya es un suceso: su formato
de cine, la acción, la producción, las actuaciones (y hasta el doblaje), la
forma de comenzar a contar una historia en forma tan ágil, planteando las
subtramas que en algún momento habrán de unirse y, sobre todo, los personajes
principales. El ritmo, sin desperdiciar el tiempo con ocurrencias, pajas o
tonterías… El resultado, desde sus primeras escenas, atrapa, seduce y sin
miramientos ni desperdicio, nos muestra a la heroína, aún niña, una actricita
de grandes vuelos a cargo del personaje central: Rita, víctima de su desalmada madrastra (gran antagonista de la
historia) Carmen Lucía, interpretada
por otra actriz impresionante.
Suceden cosas, muchas
cosas, situaciones sorpresivas, llevando de la mano al televidente, casi sin
parpadear, planteando a la perfección lo que nos espera, lo que queremos ver en
el capítulo siguiente y en lo que resta de la historia.
Sí, compite con Lo Que la Vida me Robó que, sin embargo
(para quienes tengan el servicio de televisión de paga), se puede seguir en su
horario de repetición, a las 23:30 horas, quizás muy tarde. Pero vale la pena,
con tal de seguir la historia y, sobre todo, atestiguar por qué Avenida Brasil ha sido un fenómeno en
diferentes partes del mundo.
Puede suceder (como hace
años), que el público se apasione con las historias y no simplemente siga su
desarrollo por costumbre o porque no hay nada mejor qué ver en otros canales,
refiriéndonos a los que siguen las telenovelas. Con Avenida Brasil que, de seguro, debe haber levantado el bajo rating
de las anteriores producciones de Azteca, en ese mismo horario, bien podría
crearse una nueva tradición, una verdadera competencia.
Lástima que no se trate de
una telenovela hecha en casa y que se haya tenido que importar (a cambio de
muchos miles de dólares, según dicen) para que, por fin (y sobre todo, le
corresponda tal honor a Azteca 13), los mexicanos puedan presenciar algo
totalmente diferente a lo trillado, durante largos años.
Eso es lo que importa,
presenciar la evolución que ha marcado Brasil (concretamente, la televisora Rede Globo), aquí sí, invirtiendo a lo
grande y, lo mejor, invirtiendo bien y, sobre todo, recuperando con creces la
inversión, luego de todos los países a los que se ha vendido Avenida Brasil en apenas un par de
años.
El mejor ejemplo, toda una
cátedra de cómo se hace una telenovela que, ojalá, puedan aventarse completita
los propios ejecutivos, productores, directores y escritores de Azteca Novelas y tomar nota de lo que
significa en verdad evolucionar, en vez de seguir con sus historias sosas y
repetitivas, como por ejemplo, las que anteceden en horario a Avenida Brasil: Corazón en Condominio y Siempre
Tuya Acapulco que (para quienes las siguen), seguro, es como pasar de la
oscuridad a la luz, haciendo más evidente su mediocridad, ante las
comparaciones. Un paso bien importante que, esperemos, sirva para no regresar a
los mismos patrones y, si Dios quiere, se olviden, al menos de nuevos y
fallidos intentos: que su próximo proyecto, Las Bravo (con todo y Edith
González) se quede en eso, en proyecto. Y, mejor, por lo que más quieran,
sigan con otras telenovelas brasileñas. Al menos por un buen rato, mientras
aprenden.
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