TODOS Y CADA UNO
No
siempre podemos decir que el elenco
completito
de una telenovela
(sin
un solo pero) esté a la altura de una
trama
fluida y que avanza,
capítulo
tras capítulo.
Es el caso de Qué
Pobres Tan Ricos (aunque tratándose de un refrito colombiano, Pobres Rico). Ya de por sí, la historia
misma y todo lo que ocurre en ella, cuenta con un ritmo sorprendente, siempre
plagado de situaciones bien armadas que se van generando, alrededor de la
columna vertebral: unos ricos en desgracia que se ven obligados a convivir con
los pobres. La simple anécdota se presta, para toda una gama de sucesos
divertidos y, en ocasiones, hasta emotivos, como el mejor ejemplo de melodrama,
combinado con comedia. Algo que a otros productores no les ha resultado. No de
esta manera.
Sí, todo parte de la historia original, aunado a la
bien cuidada adaptación y, claro, a la atinada dirección de Benjamín Cann, como los elementos
básicos, para que cada uno de los actores del elenco (muy bien elegidos),
brillen y sobresalgan, cada uno por su cuenta, demostrando que su presencia en
la trama, tiene una razón de ser, una función, para que el engranaje general,
funcione a las mil maravillas.
Empezando, claro, por la pareja protagónica: un Jaime Camil que en anteriores ocasiones
(con excepción de Por Ella Soy Eva),
siempre era el mismo, muy en Camil. Y ahora sorprende, sin exageraciones y muy
en su personaje de Miguel Ángel,
como la gran héroe-víctima de la historia. Y luego, Zuria Vega, una de las mejores y más completas actrices de la nueva
generación, quien aquí demuestra su versatilidad, tanto para el drama, como la
comedia, alejada de las heroínas ñoñas y sufridas, que antes le tocaron. Y por
el estilo, el resto del elenco. Actores de primer nivel como Silvia Pasquel, Manuel ‘Flaco’ Ibañez, Mark
Tacher, Ingird Martz, Zaide Silvia Gutiérrez y Raquel Pankowsky –por mencionar a unos
cuantos– que, por momentos, adquieren un protagonismo absoluto. Mención aparte
merece la señora Queta Lavat (doña Maty), tan desperdiciada durante
años y, aquí sí, aprovechada al máximo, tierna y divertida. Por supuesto, sin
pasar por alto las sorpresas de actores nuevos (o no tan nuevos) que también
cumplen a la perfección con lo que les corresponde: Natasha Dupeyrón, Diego de
Erice (toda una revelación) o Jonathan
Becerra, entre muchos otros.
Un acierto más de la productora Rosy Ocampo, la “mamá de los pollitos”, quien se anota un éxito
más: una gran telenovela que, además, merece el calificativo de bonita, con personajes humanos,
completos y hábilmente representados, sin que ninguno esté de relleno o adorno.
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