EL CASO DE LOS HIJOS PERDIDOS
Lo
hemos visto hasta el cansancio en infinidad
de
telenovelas que se copian unas a otras, casi casi
como
un elemento imprescindible y errónamente,
característica
del melodrama: los de antes
y
los de ahora.
Desde El Derecho de Nacer que, primero,
fue una radionovela (Original de Felix B. Caignet) y, luego, en 1965, se
convirtió en telenovela (y hasta en varias versiones cinematográficas), tanto
en Venezuela, como en otros países, incluyendo México, por supuesto: la
historia de la muchacha que tiene un desliz y queda embarazada. Entonces, el
padre, con tal de ocultar su “pecado”, hace creer a la hija que el bebé nació
muerto, cuando en realidad, el malvado abuelo, quiso deshacerse de él. Pero,
más tarde, la sufrida madre, se entera que no fue así y da inicio a la
dramática e incansable búsqueda del bastardo, hasta que, por azares del
destino, ¡logra dar con él!
Ejemplos de la misma anécdota se cuentan por decenas.
Por ejemplo, otra clásica Los Ricos También Lloran (luego María
la del Barrio), donde la madre, en medio de su locura, regala a su hijo
y, luego, arrepentida, se dedica a buscarlo con afán.
Los casos más recientes: El Privilegio de Amar (refrito de la venezolana Cristal)
que, luego se convirtió en Triunfo del Amor. O Amores
Verdaderos, donde el malvado abuelo, igualito que en El
Derecho de Nacer, también hace pasar por muerta a su nieta, hasta que
la hija pecadora descubre que le mintió y da inicio a la búsqueda. Igualito
sucede ahora en De Que te Quiero, te Quiero, donde Irene (Marisol del Olmo) es víctima de un caso
idéntico, por culpa de su maldito padre, Vicente (Aarón Hernán).
Lo más chistoso es que en todos los casos, mientras
las madres “pecadoras” buscan con afán (y hasta contratan investigadores que
les cobran bastante lana) a la hija perdida, resulta que, por mera casualidad,
la tienen enfrente y su corazón de madre (y eso de que “la sangre llama”, no
les sirven para reconocerla. Por el estilo, lo que está pasando en Por
Siempre mi Amor, donde Sonia (Dominika Paleta) también regaló a la hija, quien crece como “niña
de la calle” y, siendo ya una adolescente, la madre quiere recuperarla. El caso
y de reciente estreno, por Azteca, Sacrificio de Mujer (de Venevisión),
donde, no conformes con repetir la misma anécdota, resulta que la joven
embarazada, da a luz (en medio de tremendo aguacero) y, luego, sin que el
televidente sea testigo de lo que sucede, la mujer despierta en un hospital,
claro, sin su hija que, sabrá Dios, cómo nació y a dónde fue a dar. No tuvieron
que romperse mucho la cabeza: la pequeña fue recogida por unas monjitas que la llevan
a un convento, donde es educada y, ya crecidita, va a dar a la empresa que
dirige su madre, pero, como es normal, ninguna de las dos reconoce a la otra.
Y estos ejemplos, son por mencionar unos cuántos, más
los que se acumulen. Otra vez: ¡bravo por los ingeniosos y creativos
escritores!
Esta Anecdota de los hijos perdidos ya es demasiado molesta!... recuerdo que en LA FUERZA DEL DESTINO tocaron este tema con el hijo de David zepeda, pero la escritora lo resolvió muy rápido y de esa forma no resulto molesto.
ResponderEliminarEse conflicto no es interesante, es muy tedioso y de todas formas ya sabemos como acabara(la niña conoce a su madre y la culpa por a verla abandonado)