COMO DOÑA LUCHA
Quien puso el ejemplo
de la madre con hijos de
diferentes padres (“pa’ que luego no se
anden
peleando”). Lo malo es que ahora en las
telenovelas se dan
vuelo las fértiles madres y ya
no son sólo tres hijos(como doña Lucha), sino
¡hasta cinco!, cada uno con su respectivo,
aunque desobligado y
ausente padre.
Falta de ingenio y creatividad, por parte de los
pobres adaptadores, quienes, ante la consigna de alargar una telenovela, como
sea, evidentemente se ven en aprietos, sacándose de la manga “ocurrencias” a
destajo, como sucede en De Que te Quiero, te Quiero. Y es
que mientras sigan reapareciendo, uno por uno (prácticamente de la nada) los desaparecidos
padres de cada uno de los cinco hijos de Carmen
(Cynthia
Klitbo), la trama (ya de por sí cansada y plagada de parches y
rellenos) va pa’ largo y, de paso, entorpeciendo a más no poder el ya eterno estira
y afloja entre Carmen y Eleazar (Marcelo
Córdoba) sin que cuaje su romance, repitiendo las mismas situaciones,
en una telenovela que, cuando parece que por fin avanza, regresa a lo mismo de
siempre y se queda estancada, con todo y el caricaturesco y poco creíble caso
de los gemelos (uno bueno y el otro diabólico, pero idénticos, hasta en el
corte de cabello y las expresiones), a cargo de Juan Diego Covarrubias; o
el tan trillado caso telenovelero de la madre (una muy brillante actriz como Marisol
del Olmo) a la que en su juventud, le hicieron creer que la hija que
tuvo (fruto del pecado, claro), murió al nacer y, luego, resulta que ¡está
viva! Y para colmo, mientras la busca con afán y harto sufrimiento, por cielo
mar y tierra, resulta que la tiene enfrente, pero no la identifica, a pesar del
“llamado de la sangre”, al que no le hace mucho caso. ¿Cuántas veces hemos
visto un asunto idéntico?
Situaciones un tanto
absurdas y ya muy vistas. Como cuando la tal Carmen, muy en su papel de madre
melodramática y “moralista”, todavía se da el lujo de reprender a los hijos,
por sus malas acciones (en cuestión de devaneos amorosos), en especial a la
casquivana y cínica de Brigitte (Fabiola
Guajardo), toda una fichita, quien, al igual que sus hermanos, crecieron
con el ejemplo de la madre a quien en su juventud, le dio por aventarse un hijo
con cada uno de sus galanes.
Tal como sucedió en el 2011
con Caridad (Patricia Reyes Spíndola),
en la fallida y gris telenovela Rafaela. Igual que Doña Lucha
(aunque sólo con tres hijos) y Carmen, también tenía cinco hijos de diferentes
padres (hasta un negrito) y, lo peor, permanecía casada con Braulio (Manuel ‘Loco’ Valdez)
quien, seguramente, se hartó del triste papel que le tocó en una trama tan
aburrida, porque, de repente, desapareció de la historia y los escritores ni
siquiera se tomaron la molestia de sustentar (y peor aún), explicar, su
desaparición.
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