Se
anuncian los “últimos capítulos”
de
las dos telenovelas estelares de Azteca 13.
Dos
más que se suman a la larga
lista
de melodramas intrascendentes que durante
años (quizás, con excepción de Vivir a
Destiempo’),
pasan sin dejar huella, con más pena que
gloria.
¿Cuántas van? Y es que, por ejemplo, mientras que en
la televisora es les niega la oportunidad a escritores (nuevos o ya conocidos)
y, al igual que en Televisa, les da por comprar historias extranjeras
(supuestamente, fórmulas comprobadas), ahora, para colmo, en el caso de Prohibido Amar, son dos actrices que,
por muy talentosas que sean y hasta con dotes literarias, las que adaptaron la
historia colombiana, muy a sus anchas y con singular alegría, de acuerdo a su
criterio muy particular, logrando una telenovela gris, previsible y que nunca
llegó a un solo momento de clímax. Por su parte, Hombre Tenías que Ser (remake de Hombres, otra historia colombiana que hace años, ya se habían
refriteado en Azteca, con resultados desalentadores), compitiendo, para colmo,
con la espléndida y bien hecha Lo Que la
Vida me Robó, en el mismo horario, por el Canal de las Estrellas, se
perfiló como fracaso desde su inicio y ni siquiera la intervención de un escritor
experto como Eric Vonn, ante el compromiso de levantarla, pudo con el paquete.
¿Cómo arreglar una historia que desde el principio no mostró ningún atractivo
que atrapara al televidente? Lástima por el elenco, en especial, la aparición
de un actor de altos niveles como Claudio
Lafarga, con gran experiencia en cine y teatro. Y lo peor es que vienen
otras, también refritos de producciones extranjeras.
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