jueves, 28 de febrero de 2019

CUADRO DE HONOR / EL REGRESO DE FATMAGÜL


EL REGRESO DE FATMAGÜL, 
CUATRO AÑOS DESPUÉS
En 2015 (hace ya cuatro años) ¿Qué Culpa Tiene Fatmagül? se estrenó en México, como la primera telenovela turca, transmitida en nuestro país, gracias al buen tino de Azteca 13, para colocarla en su horario estelar, aunque como un simple producto emergente, cuando por primera vez decidieron no producir más telenovelas propias, luego de tantos fracasos continuos, durante años y tuvieron que recurrir a producciones extranjeras, turcas y brasileñas.
    Y a pesar de que Fatmagül, en ese entonces, ya había sido un suceso en otros países, Azteca, al no saber la joya que tenía en su programación, no le dio el valor ni la promoción que merecía. Si llegó a sobresalir (aunque no con los índices de audiencia que había logrado en otros lugares, como gran suceso), fue por su propia cuenta, por el alto nivel de producción, la historia misma y las excelentes actuaciones.
   Cuatro años después, Azteca vuelve a transmitirla (nuevamente sin ninguna promoción) en un canal de reciente aparición y poca cobertura. Y aún así, Fatmagül vuelve a imponerse, como si el tiempo no hubiera pasado por ella, con el mismo encanto y un tema siempre vigente.
      No es precisamente una telenovela, sino una serie en dos temporadas (80 capítulos en total), vendida a más de 100 países de varios continentes, incluyendo Persia, Afganistán, Kosovo, Serbia, Grecia, Macedonia, Etiopía y Pakistán. Y como lo suponíamos, “el efecto Fatmagül” vuelve a sentirse en su repetición: ganando cada vez más adeptos: televidentes, cansados de tantos refritos e historias previsibles y llenas de paja. Porque ¿Qué Culpa Tiene Fatmagül?, para empezar, es una super producción impecable y cuidada en todos y cada uno de sus detalles. Algo que se nota desde el primer capítulo. Y, además, narra una gran historia de amor diferente, emotiva y alejada de los trillados clichés, con tintes de suspenso, mucha acción, excelente fotografía, música y, en especial, un elenco reducido de grandes actores, sin rellenos ni paja.
Y lo más importante, porque más que una verdadera joya, es una obra de arte del género. Una serie que engancha desde el principio y que se vuelve adicción. Personajes reales, de carne y hueso, sin arquetipos ni clichés, empezando por los protagonistas: una bellísima Beren Saat, actualmente, la actriz mejor cotizada en Turquía. Y, claro, su galán, el buen Kerim (este sí, un verdadero héroe) interpretado por el carismático Engin Akyürek, uno de los actores turcos más importantes y solicitados en los últimos años.
Una muestra de que, aparte de calidad, cuando se cuenta con los recursos indispensables y, sobre todo, con talento, se puede crear un producto óptimo que sirve como ejemplo para televisoras de todo el mundo. Sin duda, la mejor serie (o telenovela) al aire, que, aunque medio escondida, merece una ovación de pie y de varios minutos, precisamente por culpa de Fatmagül.



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