viernes, 21 de junio de 2019

CUADRO DE HONOR / DOÑA FLOR Y SUS DOS MARIDOS


MÁS BONITA QUE NINGUNA

Se estrenó hace casi tres meses, con grandes expectativas que curiosa y “misteriosamente” parecieron derrumbarse  a las cuantas semanas, como si se tratara de un “boicot” para demeritar a Doña Flor y Sus Dos Maridos, calificándola como “fracaso”, basándose a la ligera en dudosos niveles de audiencia que, finalmente −y como era de esperarse− también reconocieron el esfuerzo del productor Eduardo Meza por presentar una telenovela sencilla y sin grandes pretensiones en el género del dramedy (mezcla de melodrama y comedia), mezclado con realismo mágico y aderezado con lo más importante: encanto.

Los capítulos necesarios y justos, sin rellenos ni paja, para lograr una trama que nunca decayó y que fue creciendo en interés, como ejemplo de un producto de primera: emotivo, divertido y, sobre todo, diferente.

Empezando por la bien cuidada adaptación, con personajes bien definidos y subtramas hábilmente desarrolladas, la anécdota central (la de Flor y sus dos maridos, uno de carne y hueso y otro desde el más allá) se mantuvo como un original triángulo amoroso que le dio a la historia una característica especial y el ritmo necesario, para mantener presente el interés del televidente, incluyendo un elemento primordial del que carecen otras telenovelas: el factor sorpresa, preguntándonos a diario: ¿qué va a suceder con Doña Flor y Sus Dos Maridos? ¿Qué más puede suceder?

Mención aparte (y algo también esencial), el elenco, encabezado por una versátil, carismática y siempre talentosa Ana Serradilla (Flor), acompañada de sus dos galanes, perfectamente ubicados en sus respectivos personajes: Sergio Mur (Teodoro) y Joaquín Ferreira (Valentín) como toda una novedad. Y si a esto agregamos la siempre grata presencia y experiencia de una señorona de la actuación como Rebecca Jones (Margarita), las apariciones especiales de otra grande como Sylvia Pasquel (las divertidas gemelas Maximiliana y Carlota), dándose vuelo en su faceta como comediante… y el resto de un excepcional elenco, mezclando actores jóvenes con otros de apoyo y gran trayectoria (Roberto Blandón, Gina PedretAlberto AgnesiAlejandro Calva, Liz Gallardo y, muy en especial, Ricardo Polanco, por mencionar a unos cuantos) el resultado no pudo ser mejor: personajes entrañables, cada uno con su propia historia e importancia dentro de la trama, ninguno de más o como simple relleno. Un verdadero desfile de talento. Talento en serio y de alto nivel, bajo la dirección de otro experto: el señor Benjamín Cann.
Sí, lo reconozco, puras flores (desde mi muy humilde opinión, muy merecidas) para Doña Flor y Sus Dos Maridos, además del privilegio de reconocer un producto de primera en su justa medida. ¿Fallas? Una que otra, como en cualquier producción. Pero fueron más los aciertos. Y esos son los que vale la pena reconocer.

En medio de la ola de refritos intrascendentes y mal hechos, de narconovelas con abundante sangre, asesinatos y violencia, yo resumiría a Doña Flor y Sus Dos Maridos como una telenovela bonita, con todo lo que la palabra “bonita” significa. Más bonita que ninguna, desde su primer capítulo, hasta su Gran Final. ¡Bravo!



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