lunes, 3 de febrero de 2014

CON LA MISMA TIJERA




Aunque se trata de historias diferentes,
el productor y, en especial, las adaptadoras,
son los mismos, repitiendo en ‘Quiero Amarte’,
una villana similar a las ya habíamos visto
en ‘Cuando me Enamoro’ y en ‘Amor Bravío’,
en especial, en eso de “disfrazarse” a la
hora de cometer sus crímenes.

Eso es lo malo: como los adaptadores siempre son los mismos, su capacidad creativa se va deteriorando y, finalmente, no les queda más que repetir lo que antes (quizás, en algún momento de “lucidez) se les ocurrió, aunque se tratara (como siempre) de fusilarse las ideas de otros. Ese es el problema, quizás, uno de los más graves en las telenovelas mexicanas de los últimos años. Ya no sólo que se trate de refritos o “nuevas versiones” de historias conocidas, cuyas primeras versiones, el público recuerda aún, más, cuando el Canal TLnovelas repite melodramas del pasado, como sucede actualmente con Cuando me Enamoro (de 2010), donde la villana, Josefina (Rocío Banquells), parece ser ser el ejemplo a seguir de Isadora (Leticia Calderón) en Amor Bravío (2012) y, ahora, en 2014, de Lucrecia (Diana Bracho) la villana de Quiero Amarte. Y es que las tres muestran varias similitudes. La principal y ya muy trillada (muy al estilo de la célebre e inolvidable Catalina Creel en Cuna de Lobos): tienen la manía de disfrazarse ridículamente, generalmente, con lentes oscuros y la infalible peluca (según ellas, para que nadie las reconozca) cuando se les antoja asesinar a alguien que les estorba. Así de fácil. Así de absurdo. Por supuesto, ni siquiera con un toque de originalidad. Lo malo (para ellas, claro) es que sus asesinatos, casi siempre, quedan en intento fracasado. Aunque a veces –como en el caso de Josefina en Cuando me Enamoro–, le dio al blanco, cuando mató a Rafael (Sebastián Zurita), casi al inicio de la telenovela, como un elemento que detona gran parte del drama. O Isadora, cuando asfixió con una almohada al pobre Padre Anselmo (José Carlos Ruiz), sin complicarse demasiado, “disfrazada” solamente con un rebozo, al estilo María Candelaria.

Así como Josefina e Isadora se pasaron toda la telenovela con sus disfraces e intentando matar a gran parte del elenco, esperemos que, ahora, a Lucrecia no le dé por lo mismo (si es que esas son sus nefastas intenciones o las de las adaptadoras), luego de su primer fracaso, cuando le da un balazo a la pobre de Amaya (Karime Lozano) y, claro –como en los casos de Josefina e Isadora– la mujer sale airosa (aunque finalmente, se la van a cachar, como también sucede siempre) y la culpa recae en otro o en otra, un (o una) pobre inocente que por menso (o mensa) carga con el muertito, como le sucedió a la pobre de Emma (Gabriela Goldsmith) quien, luego de ir a parar a la cárcel, como sospechosa del balazo, finalmente (para variar y no perder la costumbre) es envenenada por su propia "amiga", Lucrecia, ante el peligro de que pudiera delatarla. De nuevo (ni modo) gracias a que las adaptadoras se rompen la cabeza a la hora de sus “ingeniosas” adaptaciones, insisto, en las tres más recientes telenovelas que les ha tocado adaptar (o destrozar).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar.