martes, 18 de febrero de 2014

EL GRAN SUCESO


¿Quién o quiénes tomaron la decisión
de transmitir la telenovela más costosa y
exitosa de todos los tiempos en el
horario estelar de Azteca 13?
Quien o quienes sean, ¡le dieron al clavo!

Sin que importe tanto el rating que pueda conseguir, tomando en cuenta que en el Canal de las Estrellas transmiten en el mismo horario, una de las mejores telenovelas en su historia, Lo Que la Vida me Robó que, además, está posicionada desde hace meses, Avenida Brasil, desde su primer y espléndido capítulo, ya es un suceso: su formato de cine, la acción, la producción, las actuaciones (y hasta el doblaje), la forma de comenzar a contar una historia en forma tan ágil, planteando las subtramas que en algún momento habrán de unirse y, sobre todo, los personajes principales. El ritmo, sin desperdiciar el tiempo con ocurrencias, pajas o tonterías… El resultado, desde sus primeras escenas, atrapa, seduce y sin miramientos ni desperdicio, nos muestra a la heroína, aún niña, una actricita de grandes vuelos a cargo del personaje central: Rita, víctima de su desalmada madrastra (gran antagonista de la historia) Carmen Lucía, interpretada por otra actriz impresionante.
Suceden cosas, muchas cosas, situaciones sorpresivas, llevando de la mano al televidente, casi sin parpadear, planteando a la perfección lo que nos espera, lo que queremos ver en el capítulo siguiente y en lo que resta de la historia.
Sí, compite con Lo Que la Vida me Robó que, sin embargo (para quienes tengan el servicio de televisión de paga), se puede seguir en su horario de repetición, a las 23:30 horas, quizás muy tarde. Pero vale la pena, con tal de seguir la historia y, sobre todo, atestiguar por qué Avenida Brasil ha sido un fenómeno en diferentes partes del mundo.
Puede suceder (como hace años), que el público se apasione con las historias y no simplemente siga su desarrollo por costumbre o porque no hay nada mejor qué ver en otros canales, refiriéndonos a los que siguen las telenovelas. Con Avenida Brasil que, de seguro, debe haber levantado el bajo rating de las anteriores producciones de Azteca, en ese mismo horario, bien podría crearse una nueva tradición, una verdadera competencia.
Lástima que no se trate de una telenovela hecha en casa y que se haya tenido que importar (a cambio de muchos miles de dólares, según dicen) para que, por fin (y sobre todo, le corresponda tal honor a Azteca 13), los mexicanos puedan presenciar algo totalmente diferente a lo trillado, durante largos años.
Eso es lo que importa, presenciar la evolución que ha marcado Brasil (concretamente, la televisora Rede Globo), aquí sí, invirtiendo a lo grande y, lo mejor, invirtiendo bien y, sobre todo, recuperando con creces la inversión, luego de todos los países a los que se ha vendido Avenida Brasil en apenas un par de años.
El mejor ejemplo, toda una cátedra de cómo se hace una telenovela que, ojalá, puedan aventarse completita los propios ejecutivos, productores, directores y escritores de Azteca Novelas y tomar nota de lo que significa en verdad evolucionar, en vez de seguir con sus historias sosas y repetitivas, como por ejemplo, las que anteceden en horario a Avenida Brasil: Corazón en Condominio y Siempre Tuya Acapulco que (para quienes las siguen), seguro, es como pasar de la oscuridad a la luz, haciendo más evidente su mediocridad, ante las comparaciones. Un paso bien importante que, esperemos, sirva para no regresar a los mismos patrones y, si Dios quiere, se olviden, al menos de nuevos y fallidos intentos: que su próximo proyecto, Las Bravo (con todo y Edith González) se quede en eso, en proyecto. Y, mejor, por lo que más quieran, sigan con otras telenovelas brasileñas. Al menos por un buen rato, mientras aprenden.

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