martes, 7 de enero de 2014

ESCENAS DE FÁBULA


En muy pocas ocasiones, los protagonistas
de una telenovela (y otros actores que los
rodean), tienen la oportunidad de sacar la
casta y lucirse a sus anchas en escenas 
de alto nivel dramático.

Como sucedió hoy (7 de enero) con el capítulo de Lo Que la Vida me Robó que, desde su inicio, ha logrado varias escenas de clímax, al rojo vivo, que la distinguen como la mejor en muchos años. Angelique Boyer y Sebastián Rulli se desboraron en esta ocasión, demostrando, como nunca, su capacidad e intensidad dramática, en el enfrentamiento que representaron, cuando él (Alejandro) descubre que el ex amante de su mujer, José Luis (Luis Roberto Guzmán) es el mismo que se hizo pasar como capataz de su hacienda, sin que Monserrat (Angelique Boyer), se lo hiciera saber, quedando como una infiel y mentirosa, víctima de los insultos y agresiones del marido.
Salieron chispas de la pantalla y, seguro, el rating se elevó a su grado máximo, gracias, primero, a la espléndida adaptación (incluyendo los diálogos en estas escenas), la dirección y, muy en especial, las actuaciones, incluyendo las de Gabriela Rivero (como nunca) y la gran señora Ana Bertha Espín, quien ya nos tiene acostumbrados a este tipo de actuaciones. Una vez más, se conjugan todos los elementos para lograr un capítulo redondo y sin desperdicio. Una buena lección que, ojalá, otros productores de telenovelas hayan atestiguado, para asimilar y entender (por fin) lo que significa lograr un producto de primera, con este tipo de escenas que pasan a la historia de la telenovela mexicana.

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